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Movidas y paranoias: Mis Crónicas Vampíricas. Fascículo 5º.

Movidas y paranoias

3.3.07

Mis Crónicas Vampíricas. Fascículo 5º.

Al despertarme, Tatyana volvía a estar sentada, al lado mío en la cama, la verdad es que eso me sorprendió mucho, ya que no me lo esperaba, y entonces empezó a hablarme.

- Hola querido, he estado pensando durante todo el día en los pros y en los contras de la vida que me ofreces y he encontrado muchas razones para rechazar tu oferta y sólo una para aceptarla, esa razón eres tú, eres lo mejor que me ha ocurrido nunca y no voy a dejar que esto nos separe; siempre he dicho que moriría por ti y estoy dispuesta a demostrártelo. La respuesta a tu pregunta es sí, tienes mi permiso.

- Gracias, te lo agradezco de todo corazón, Tatyana hoy va a empezar una nueva vida para nosotros y te prometo que haré todo lo posible por que seas la mujer más feliz del mundo.

La desnudé, la estreché entre mis brazos y empecé a besarla, deslizándome de arriba a bajo por todo su cuerpo. Antes de convertirla quería hacerla disfrutar, como nunca antes había disfrutado, en el momento más culminante de su placer, le hinqué mis colmillos y me dispuse a saborear su sangre, de pronto noté como su sabor salado y su tacto caliente descendían por mi garganta y recorría todo mi cuerpo, también pude sentir como Tatyana se dejaba hacer, sin oponer la más mínima resistencia, como dejaba que me alimentase de ella, sin hacer el más mínimo movimiento para evitarlo, eso me demostró que de verdad me amaba y que estaba dispuesta a cualquier cosa por mí. Cuando me pareció que se quedaba sin pulso y por lo tanto sin sangre me hice un corte en la muñeca y le ofrecí un poco de mi sangre, la cual aceptó de inmediato. Cuando acabó de succionar un poco de mi sangre la besé en la frente y la dejé descansar, yéndome a continuar con la misión que me había sido encomendada.

Bajé a la calle, cogí mi coche y me dirigí a la calle Rey Arturo, llegué alrededor de las 24h., y allí estaba el coche que buscaba, esperé dentro de mi coche durante una media hora, por ver si el dueño salía para ir a algún sitio, pero esperé en vano, ya que nadie se acercó al coche, y además estaba aparcado en la misma posición y en el mismo lugar que la noche anterior. Decidí ir a un bar cercano y preguntar al dueño del bar o a algún cliente, por si sabían algo a cerca del dueño del coche.

Nada más entrar, todos los clientes se volvieron hacia mi, me miraron de los pies a la cabeza y siguieron con sus asuntos, me acerqué al camarero: era un tipo alto, de aproximadamente unos dos metros y parecía muy fuerte, el pelo ( el poco que le quedaba), era moreno.

- ¿Qué desea tomar?- me preguntó educadamente.

- Un Vodka rojo con Kas de naranja y un poco de información.- le solté mientras le enseñaba un billete de 500€.

- Aquí tiene su Vodka- me sirvió, me miró y me dijo.- el cubata son 5€, si quiere otro tipo de información, no ha venido al lugar más adecuado..

- Esta bien.- pagué el cubata y me lo tomé al toque. Cuando me disponía a salir del bar se me acercó uno de los clientes.

- Si quiere información yo puedo dársela.

- Esta bien.- le dije.- que me puede contar del dueño de ese coche que está aparcado ahí enfrente.

- Es un tipo muy reservado, vive en el edificio del Lobo aullador, en el tercer piso, puerta B. Tenga cuidado, está un poco loco. Una última cosa, se llama Oswaldo Wicket.

Le di el billete de 500€ y las gracias por la información y me dirigí al edificio que me había indicado, por suerte la puerta del portal estaba abierta, por lo tanto no necesité llamar y dar una estúpida excusa para que me abriesen la puerta, subí las escaleras y me coloqué delante de la puerta del piso de Oswaldo. Llamé al timbre y desde el otro lado de la puerta salió una voz.

- ¿quién es?.

- ¿Oswaldo Wicket?, soy Mjolnir.

-

La puerta se abrió, y ahí estaba él.

- Pasa, pasa. No te quedes ahí fuera.- me dijo un poco sorprendido.- la verdad es que no esperaba verte por aquí, después de que diabolizaras a mi señora, pensé que acabarían contigo.

- Pues, como puedes ver, no lo han hecho. Quería hablar contigo sobre un asunto.

- Tú dirás.

- Verás, la primogenitura y el príncipe, me han encargado averiguar, quienes son los chiquillos de tu difunta señora, y se los lleve o en caso de que me resulte imposible, que los mate yo mismo; pero en cualquier caso debo llevarles pruebas que demuestren que son chiquillos de tu señora.

- Ya veo, bien te daré la información que necesitas con mucho gusto. La tengo aquí mismo, sabía que tarde o temprano alguien relacionado con la camarilla, averiguaría donde vivo y vendría a verme. Así que tenía toda la documentación a mano para entregársela. Y me alegro de que hayas sido tú el que ha venido, por que quería agradecerte lo que hiciste por mi.

- No comprendo lo que quieres decir.

- Mataste a mi señora, a eso me refiero. Cuando por desgracia algo no salía como ella esperaba, lo que hacía era darme una señora paliza, y por desgracia debido al vínculo de sangre que nos unía yo no podía hacer nada en su contra. Pero gracias a ti ahora estoy libre para vivir mi vida, lo único malo es que me veo en la necesidad de buscar un empleo.

- Eso es fácil, yo mismo te puedo ofrecer uno, ahora que no puedo salir durante el día necesito a una persona de confianza, que se encargue de realizar las tareas que se deban hacer por el día, como hablar con los distribuidores del Púb. Te prometo que te pagaré bien, ¿ qué me dices?.

- Que acepto encantado.

- Bien, pásate mañana por mi casa a eso de las 23:30h., estaré allí estudiándome esta documentación.

Salí de su apartamento y fui al Elíseo a tomar un poco de sangre, después de tomar un par de vasos, le pedí al camarero que me rellenase una botella de agua de litro y medio. Al salir del Elíseo me fui directamente a casa, para echar un vistazo a la documentación que Oswaldo me había entregado.

Una vez en casa metí la botella en la que tenía la sangre dentro de la nevera, encendí la televisión y comencé a ojear un poco los papeles. A eso de las 2:30h. Comenzó una película de vampiros y pensé que sería interesante verla, ahora que tendría un punto de vista algo distinto, que cuando era simplemente humano. Narraba la historia de un vampiro con tan mala suerte, que resultaba ser gafe para él y para todos cuantos se encontraban cerca de él, de tal modo que nada le salía bien ni a él ni a los que le rodeaban, por lo que siempre estaba sólo. A decir verdad estuvo muy entretenida, pero entre lo que duraba la película y los descansos, esta no acabó hasta las 5, por lo que decidí que a la noche siguiente ojearía los papeles con la tele apagada. Guardé los papeles y me acosté.