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Movidas y paranoias: 12/06

Movidas y paranoias

10.12.06

Mis Crónicas Vampíricas. Fascículo 3º.

Cuando desperté me encontraba en una gran sala, estaba oscura, pero en el centro se podía observar una especie de altar, con una forma de semicírculo, como un teatro griego y yo me encontraba en la parte que representaba el escenario. Entonces se encendieron unos focos ( no muy potentes) y aparecieron ante mí nueve seres, uno de ellos sentado a un nivel superior al de los demás, por lo que deduje que se debía de tratar del jefe, y que se hallaba sentado en el medio exacto de los otros ocho.

- Buenas noches, veo que por fin despiertas. Estás en el Elíseo centro social y de reunión de todos los vampiros de la ciudad. Yo soy el príncipe de esta ciudad y estos son los miembros de la primogenitura, en esta ciudad hay un clan miembro de este alto consejo que no existe habitualmente dentro de la camarilla, por que es un clan que habitualmente forma parte del Sabbat, nuestros enemigos. Este clan es el tuyo, el de los Tzimisce antitribu. Si tienes alguna duda, sobre el ser que ahora eres, puedes preguntarle a cualquiera de los pertenecientes a tu clan. Ahora vamos a pasar a un punto más importante.- yo estaba francamente preocupado por lo que eso pudiera querer decir, pero seguí allí sin ni siquiera hacer el más mínimo movimiento, para que no se notase lo nervioso que estaba.- Estás aquí entre nosotros, por cometer la salvaje y terrible diablere, el acto más perverso que un vástago puede realizar contra otro vástago; el castigo por este delito es la muerte definitiva; pero en tu caso vas a ser perdonado, por que nos has ahorrado el trabajo. Te explico, cuando fuiste encontrado, acababas de matar a quien creías que era tu sire, pero tu sire, fue asesinada al día siguiente de crearte a ti, por la traidora a la que tú diabolizaste, ella era en realidad una infiltrada del Sabbat, que estaba creando progenie en la ciudad para combatirnos desde dentro y así debilitarnos frente a los ataques exteriores, cuando la descubrimos mandé a algunos Brujah y gangrel a buscarla, estuvieron buscando durante varios días, hasta que encontraron los restos de tu sire, así que supusimos que habría usurpado su puesto y te estaría enseñando a sobrevivir con tu nueva forma de ser; así que decidimos darle tiempo para terminar de enseñarte, vigilándola desde la distancia sin exponer nuestros planes y así que actuase despacio. En ese tiempo que pasó enseñándote a sobrevivir, descubrimos sus planes y también que le estaba pasando información a nuestros enemigos del Sabbat, en el momento en el que di la orden de su captura, fui informado de que la habías matado, así que ordene que te trajeran ante mí.

Se hizo pasar por tu sire gracias al control de la disciplina vicisitud, que es propia de vuestro clan, moldeando su cuerpo a imagen y semejanza del de tu verdadera sire, una diferencia importante entre tu sire y su usurpadora, era que tu sire era una “ancillae” de no más de cien años y pertenecía a la 12ª generación, por lo tanto, tu deberías pertenecer a la 13ª generación; mientras que su impostora era una antigua, perteneciente realmente al Sabbat y su verdadera edad era de alrededor de unos 500 años, según creemos de la octava generación, por lo tanto al acabar con su vida de esta forma es posible que te hayas beneficiado de su sangre, habiéndote convertido en un miembro de la 11ª generación, es decir, tu sangre es más poderosa ahora que cuando fuiste creado y si abrazas a un ser humano para convertirlo, este será de la 12ª generación y no de la 14ª como debería de ser. Ante todo he de decirte dos cosas más ante de concederte la palabra. La primera es que no puedes abrazar a nadie sin nuestro permiso y la segunda es que te dejamos vivir por que nos hiciste un favor, aunque deberíamos matarte ya que fuiste abrazado sin permiso. Bien, ya puedes hablar.

- Quisiera pedirles que me permitiesen abrazar a alguien que es muy importante

para mi. Permítanme hacer eso y estaré en deuda con ustedes para siempre,

haciendo cualquier cosa que me pidan que haga, sin hacer ninguna pregunta que

no deba hacerse, simplemente lo haré.

- Uhm!, eso que nos propones resulta muy interesante. Baja en ese ascensor y

espera nuestra respuesta mientras te tomas algo en el bar, ya te avisaremos

cuando hayamos decidido.

Subí al ascensor y conmigo subieron los dos tipos que me noquearon, al salir del ascensor me indicaron donde estaba el bar; uno de ellos se quedó vigilando el ascensor, mientras el otro se dirigió a la única salida que había, seguramente para evitar que me escapara; estaba claro que no se fiaban de mí, después de lo que le hice a la que creía que era mi sire. Todo el mundo en el bar del Elíseo, me miraba con desconfianza, al parecer ya todos se habían enterado de lo que había hecho.

Cerca de las dos de la mañana, después de más de dos horas deliberando por fin me llamaron y subí acompañado por los dos Brujah.

- Siéntate - Me ordenó el príncipe – Después de darle muchas vueltas a tu propuesta y de comparar los pros y los contras, hemos decidido aceptarla, y para demostrarnos que eres digno de confianza, tu primera misión será encontrar a los chiquillos de la traidora y traerlos a nuestra presencia, en caso de que no los consigas traer, tienes permiso para matarlos, pero recuerda traernos pruebas que demuestren que se trata de los chiquillos de la traidora; una última cosa: si diabolizas a un solo vástago más, sea cual sea el motivo, no dudes que cumpliremos con la ley y te condenaremos a la muerte definitiva de la forma más horrible que hay. Te clavaremos una estaca en el corazón y te dejaremos para que veas tu último amanecer. Puedes irte.

Cuando llegué a casa eran casi las seis de la mañana y me había pasado todo el camino de regreso, pensando como me las iba a arreglar para abrazar a Tatyana, lo mejor que se me ocurrió fue contárselo y pedirle abiertamente que me permitiese hacerlo, pero debía esperar a la noche siguiente para hacerlo, pues ya era demasiado tarde para seguir despierto, durante el tiempo necesario para contárselo todo.

3.12.06

Mis Crónicas Vampíricas. Fascículo 2º.

- Siéntate- Me dijo- He dicho que te sientes.

- Está bien- respondí mientras me sentaba.

- Verás, estoy aquí para explicarte lo que te está sucediendo.

- ¿Lo que me está sucediendo?. No, entiendo, ¿qué quieres decir?.

- Te sientes raro por dentro, ¿verdad?; como si las tripas se te estuviesen volviendo del revés; sientes que algo dentro de ti ha cambiado, que ya no eres el mismo. ¿ Me equivoco?.

- No, no se equivoca.- respondí con asombro.- Ahora dígame ¿como sabe como me siento? Y ¿ qué es lo que me está pasando?.

- Bien , lo que pasa, es que tu cuerpo se está adaptando a tu nueva forma de vida, es posible que no te lo creas, más que nada, por que no quieras creértelo; pero ya no eres un ser humano.

- ¿Qué no soy un ser humano?, y entonces que se supone que soy. Acaso soy un alienígena – le contesté- es que piensa que soy un estúpido sin cerebro al que se le puede tomar el pelo sin más.

- Hasta hace un momento no se me había pasado esa opción por la cabeza, pero ya que lo dices. – se estaba quedando conmigo, me tomaba por un estúpido.- bien como te iba diciendo, ya no eres un ser humano, ahora eres mejor, eres un vampiro, como yo.

- ¿Estás de coña?, no pretenderás que me crea algo tan absurdo como eso.

- Está bien tendré que demostrártelo.- cuando dijo esto sentí como si se me helase la sangre. Miró hacia el callejón y me pidió que mirase yo también.- ¿qué ves?- Me preguntó.

- Un callejón- respondí.

- Fíjate mejor, concéntrate y dime lo que ves.

- Pues veo un callejón oscuro, poco iluminado. Aparentemente hay alguien durmiendo en él, probablemente un vagabundo, parece que lleva un gorro de lana acabado en un pompón y una alianza de matrimonio.

- Ahora dime, ¿a que distancia está ese vagabundo de donde estamos nosotros?.

- Diría que a dos o tres metros.

- Estás seguro.

- Sí, lo estoy.

- Pues estás equivocado. Está a unos 20 ó 30 metros de donde nos encontramos. Ahora respóndeme a una pregunta. ¿cómo te has fijado en esos detalles? Si como tú dices no eres más que un simple humano.

- No, lo sé.

- Ya te lo dije, eres un vampiro y más vale que te acostumbres, por que lo vas a seguir siendo el resto de tu vida, mejor dicho; el resto de tu no-vida.

Eso me dolió, ya no tendría la oportunidad de tener una familia, y en ese momento deseé matarla, pero como ya os conté al principio soy vengativo por naturaleza. Así que decidí urdir un plan, una estrategia para vengarme de la “persona” que me había hecho esto.

Durante las dos semanas siguientes, seguí viendo a esa mujer todos los días, una noche me dio una bolsa del banco de sangre de la ciudad y me dijo que me la tomase, estaba deliciosa.

- cuando estés hambriento deberás beber sangre humana, puedes tomar sangre de otros seres vivos, pero no será tan nutritiva como la de los seres humanos. Y nunca debes tomar la sangre de un niño ni la de otro vampiro o serás condenado a la muerte definitiva. Hay vampiros que son denominados diabolistas, debido a que practican un rito tenebroso, denominado diablere, que consiste, en vampirizar a un vampiro hasta dejarlo sin sangre, y una vez se ha llegado a este punto continúan hasta que han atrapado el alma del vampiro diabolizado, parece ser que de esta forma se consiguen grandes beneficios que son permanentes, además de algún otro beneficio que dura un breve espacio de tiempo. Te explico esto, para que nunca cometas este acto, ya que es el acto más depravado que se puede llevar a cabo contra otro vampiro y como ya te dije serías condenado a la muerte definitiva.

Fue en ese mismo momento cuando decidí como matarla, cometería ese acto que me estaba negando, de esa forma me condenaría a mi mismo a morir y lograría por fin descansar en paz.

Durante el siguiente mes, dejé que me enseñara todo lo necesario, para ser un vampiro hecho y derecho, y que de esa forma se confiase creyendo que había aceptado mi nueva forma de “vida”.

Tatyana estaba empezando a impacientarse, por que desde el día de la fiesta, no hacía más que dormir durante el día y desaparecer durante las noches, quería que le contase lo que hacía todas las noches; pero conseguí calmarla haciéndole creer que eran asuntos de negocios, que requerían mi más absoluta atención, pero que cuando quedasen zanjados, todo volvería a la normalidad.

Después de un mes y 20 días de no-vida, mi sire, me dijo que ya no tenía nada más que enseñarme y que ya era hora empezar a cumplir con el cometido para el que había sido creado. En cuanto se dio la vuelta me abalancé sobre ella, le clavé los colmillos y comencé a beberme su sangre, con una rabia que llevaba más de un mes y medio consumiéndome y quemándome por dentro, este ataque tan repentino la cogió por sorpresa y cuando quiso reaccionar ya era tarde, y la había debilitado lo suficiente, para que sus forcejeos no sirvieran de nada, al cabo más o menos de una hora, dejó de forcejear y sentí como si su cuerpo se fuese quedando sin la esencia de la vida. Seguí aferrado a su cuello y sorbiendo con fuerza durante unas dos horas más hasta que me pareció empezar a notar como su cuerpo se pudría. Entonces la solté y abandoné lo poco que quedaba ya de ella en un callejón cercano. Eran alrededor de las cuatro de la madrugada cuando dos tipos enormes y extrañamente fuertes se acercaron a mí y me dejaron sin sentido.