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Movidas y paranoias: Mis Crónicas Vampíricas. Fascículo 14º.

Movidas y paranoias

19.11.07

Mis Crónicas Vampíricas. Fascículo 14º.

En el momento en que llegaron los refuerzos del Sabbat, todavía faltaban 4 noches para que Ibnoguz llegase con los refuerzos que había ido a buscar por orden de Dramiel, sin que el príncipe y la primogenitura de la ciudad supiesen el verdadero motivo de su ausencia, ya que eso podría haber puesto en peligro su misión.

Las batallas transcurridas durante esas 4 noches fueron de lo más cruentas, sufriendo incontables bajas los dos bandos implicados, además los licántropos no hacían distinciones, vampiro que se les ponía por delante, vampiro que liquidaban, lo cual provocó que sus eventuales aliados se volviesen contra ellos, y acabasen por matarlos, no sin sufrir un gran número de bajas. Por fin a falta de una noche para la llegada de los refuerzos de Neftis, Ibnoguz se adelantó y con la ayuda de sus sirvientes Ghouls atravesó las líneas enemigas durante el día, que al no estar vigiladas por los licántropos resultaron fáciles de pasar. De esa forma consiguió llegar hasta Dramiel, y comunicarle las noticias, la cual se dirigió velozmente a hablar con el príncipe y la primogenitura.

- Dramiel, señora de los Tzimisce, a qué se debe vuestra visita.

- Príncipe, miembros de la primogenitura. He venido ante vos para comunicaros el regreso de mi chiquillo Ibnoguz.

- ¿Has dicho de tu chiquillo?, ¿aquel que creíamos muerto?.

- Sí, el mismo. Dejad que os explique lo ocurrido; para lo cual tendré que comenzar por el principio de todo, si me lo permitís.

- Esta bien, habla.

- Hace ya más de 1000 años mi sire le salvó la vida a Neftis un setita, que ya por aquel entonces tenía cerca de 1000 años, este agradecido le prometió que si alguna vez él o alguno de sus descendientes necesitaban de su ayuda que lo hiciesen llamar, y acudiría gustoso, para devolver el favor, que le había sido hecho.

Pues bien, acaba de llegar, se encuentra en las afueras de la ciudad a una distancia prudente, para que los del Sabbat no alcancen a verles y viene con toda su progenie, para prestarnos su apoyo.

- ¿Por qué no nos dijiste nada antes de hoy?.

- Por dos motivos. El primero era que no quería que os hicieseis ilusiones, y el segundo que sabiéndolo solamente yo, estaba totalmente segura de que Ibnoguz podría volver a entrar en la ciudad sin ningún problema, ya que los del Sabbat no se esperarían una acción de este tipo.

- Fuiste sabia mujer, y bien. ¿Cuándo piensan atacar?.

- Mañana, cuando el reloj del campanario dé la medianoche.

- Esta bien. Miembros de la primogenitura, preparad a vuestros clanes; mañana a medianoche atacaremos todos juntos y venceremos de una vez por todas a nuestros atacantes. Avisad a todos los miembros de vuestros clanes de que no ataquen a los setitas.

La batalla definitiva, fue la más sanguinaria de todas, después de casi 2000 años de no-vida Neftis encontró por fin la muerte definitiva, y junto a él cayeron todos los miembros de su clan, salvo los dos más jóvenes, que decidieron seguir cada uno por su lado. La población de vástagos de la ciudad bajó de 700 antes de empezar la última batalla a unos 300 aproximadamente, cuando todo se hubo calmado. Los Sabbat fueron aniquilados y del clan Tzimisce antitribu solamente cayeron Dramiel e Ibnoguz. Tanto el príncipe como los demás miembros de la primogenitura salvaron sus no-vidas, pero sufrieron graves heridas de las que tardaron en recuperarse. Una vez se hubieron curado, permitieron quedarse en la ciudad a los restantes miembros del clan de Dramiel, y como agradecimiento a su iniciativa, les permitieron formar parte de la primogenitura.

Esta es la historia de cómo un clan Tzimisce llegó a formar parte de la primogenitura de mi ciudad y por lo que yo sé, no hay ninguna otra ciudad de la camarilla en la que un clan antitribu se halla integrado en la misma, hasta el punto en el que lo ha hecho el clan al que estoy orgulloso de pertenecer, en esta gran ciudad, en la que nací dos veces. La primera como hombre y una segunda, ya como un vampiro. Espero que hayáis disfrutado con esta historia tanto como lo he hecho yo, sin más deseo despedirme de todos vosotros hasta una nueva ocasión.